sábado, octubre 07, 2017

Los fabricantes quieren volver a los móviles tontos y no más smartphones

"'Offline' es el nuevo lujo". Ese es el lema de Punkt, la empresa suiza fabricante del MP01, un teléfono móvil que sirve para lo básico: hacer y recibir llamadas y SMS, en tres modelos (negro, marrón y blanco). Su precio es de 295 dólares (247 euros), muy lejos de los 60 euros aproximados que puede costar el resucitado Nokia 3310 libre en Amazon. Incluso se puede comprar una funda de "cuero negro de alta calidad" por 79 euros para protegerlo. A pesar de su precio y de lo limitado de sus funcionalidades, tiene su público en todo el mundo.
Como el MP01 también está The Light Phone, un teléfono un poco más caro que los móviles 'tontos' tradicionales pero que ofrece una alternativa a los 'smartphones'. Así, desprenderse de los teléfonos inteligentes es muy fácil. Y hacerlo con terminales muy atractivos y lujosos, que nada tengan que ver con el 3310 y otros modelos que encontramos en pequeñas tiendas, también.
Petter Neby está detrás de Punkt, la compañía suiza que ha comercializado MP01. La empresa apuesta por este tipo de teléfonos después de comercializar cargadores y relojes despertadores. Neby cuenta a Teknautas que la idea del MP01 era la consecución natural de Punkt, una empresa que nació hace más de una década, cuando en la era anterior al iPhone vio que "incluso con los Ericsson, los Nokia o las Blackberry" los teléfonos cambiaban la atención que prestábamos a lo que nos rodea. Lo vivió en propias carnes con una hija adolescente que estaba sentada a la mesa con ellos y a la vez accedía a MySpace desde aquellos primigenios teléfonos inteligentes.
Al mismo tiempo, le solía pasar que en su Blackberry leía correos electrónicos llenos de malas noticias antes de acostarse y que le provocaban problemas para dormir. Quería terminar con eso. Con el MP01 pretende "mostrar una forma diferente de relacionarnos con la tecnología". "Somos completamente adictos a estar siempre en contacto con alguien, de un modo muy artificial", opina.
El MP01 está emparentado con el reloj despertador de Punkt, que lo único que hace es dar la hora y programar una alarma. Así, aquellos que usan su teléfono también como despertador lo pueden apagar y utilizar este reloj, previo pago de 139 euros. "El precio es lo que se llamaría lujo asequible: es caro pero todos pueden comprarlo, o en nuestra parte del mundo muchos pueden hacerlo". De hecho, no se plantean para el futuro una versión más barata del teléfono, "porque hay otros muchos que hacen eso".
El MP01 fue lanzado en 2015 y, aunque no da datos de ventas, asegura que tiene clientes en todo el mundo; "es un gran éxito" más allá de Europa y Estados Unidos: Venezuela, Argentina, China, Singapur, India… Neby cuenta que recibe muchos correos electrónicos de gente que le comenta lo bello que es el terminal o lo buena que es la idea. "Hay algo en lo que mucha gente está pensando", que es volver a una tecnología más reposada. También suele sorprender la duración de la batería, de hasta una semana en reposo.
No venden a grandes distribuidores o compañías de telecomunicaciones; distribuyen a 250 tiendas en todo el mundo, además del comercio electrónico. Para él, "se está dando un cierto resurgimiento" de este tipo de teléfonos, como demostró el Nokia 3310.
Un teléfono auxiliar para desconectar del ‘smartphone’.
The Light Phone es otro de estos teléfonos de lujo que nos permiten desconectar de internet. "Diseñado para ser usado tan poco como sea posible" (ese es uno de sus lemas), tiene el tamaño de una tarjeta de crédito, no llega a pesar ni 40 gramos, cuesta 125 dólares (104,55 euros) en preventa hasta el próximo 30 de octubre y está disponible en negro y blanco. En la pantalla, apenas los números impresos, que se iluminan al rozarlo, y la hora. Según el fabricante, la batería dura tres días en reposo.
Se usa como un segundo teléfono que acompaña a nuestro 'smartphone', compartiendo el mismo número. Para ello, e irónicamente, necesitamos programarlo desde nuestro teléfono inteligente: descargamos una 'app' en él y desviamos las llamadas a un número que nos genera la aplicación.
The Light Phone nació hace tres años, cuenta Joe Hollier, CEO de la compañía, a Teknautas. Hollier y Kai Tang, su compañero en esta aventura, formaban entonces parte de una incubadora de Google para diseñadores. Él venía de una mezcla de "arte, diseño y 'skateboarding'" y era la primera vez que se adentraba en el mundo tecnológico. Él y Tang pensaban que muchos productos tecnológicos parecían hechos para convertir a las personas en adictos, "pero no porque los necesitáramos. Era como si las ‘apps’ hubieran sido diseñadas para usar nuestras vulnerabilidades contra nosotros”.
Por ello, dice que el valor de The Light Phone no está en lo que el teléfono es capaz de hacer, "sino más bien en la calidad de las experiencias que se hacen posibles cuando dejas atrás el 'smartphone' de vez en cuando". No se pueden recibir ni enviar correos electrónicos ni acceder a 'apps'. Por no poder, The Light Phone, que no es sumergible en el agua, no tiene siquiera un sistema de SMS, una agenda de contactos o un PIN. Solo un tono de llamada y, eso sí, posibilidad de activar la vibración y la capacidad de guardar 9 números en marcación rápida. "Queremos ser una voz humana en este loco mundo de la tecnología".
Hollier asegura que ya han vendido 10.000 ‘light phones’ a usuarios de todo el mundo. Cuenta cómo los usuarios les hablan de “lo maravilloso que sucede una vez que has vencido la ansiedad” de no tener el ‘smartphone’ cerca. De hecho, cree que cuando elegimos un teléfono como el suyo nos empoderamos y sacamos lo mejor de nosotros. Para el futuro quieren llegar a esas regiones donde no está implantado el sistema de telefonía GSM.
El mercado de estar desconectado de internet
Más allá de lo que pretenden vender las compañías que abanderan el cambio, ¿hay mercado para la gente que quiere estar fuera de internet, como dice el lema de Punkt? "Al final lo que nos ofrecen estos teléfonos por encima de todo es la privacidad", opina en declaraciones a Teknautas Enric Puig, escritor, filósofo, profesor y autor de ‘La gran adicción’.
En la ficha del propio MP01 se resalta que con este terminal se puede "disfrutar de algo de privacidad". "Podremos usar un teléfono móvil sin que se trafique con nuestros datos", explica Puig. "La privacidad acaba siendo una especie de estatus de lujo, porque en muchos de los servicios que entendemos como gratuitos, entre comillas, en realidad estás pagando un precio muy alto por eso".
Por ello, "si nosotros queremos salvar ese precio y no queremos pagar con nuestros datos, lo que acaba pasando es que tenemos que pagar con dinero", concluye. Además de estos teléfonos, pone como ejemplo los servicios de pago para limpiar nuestra huella digital: "La privacidad se está convirtiendo en un objeto de lujo".
Puig recuerda que en muchas tiendas de barrio siguen vendiendo teléfonos que no son 'smartphone'. "En muchos casos no tienen mucha calidad, yo tenía de esos precisamente y siempre me quejaba de que no oía bien. Al final opté por comprarme el Nokia 3310, más que nada porque es un teléfono de un poquito más de calidad, se oye bien…"!
A diferencia de este y otros modelos, "El producto de lujo que está pensado para altos empresarios que están dispuestos a pagar el mismo precio que pagan cuando compran un 'smartphone' sin ninguna capacidad de esas, simplemente por un buen diseño; está apareciendo como una especie de elemento distintivo”.
El mercado existe y sus promotores no son tecnófobos. “Esto no es sobre no ser progresista”, puntualiza Neby. “Amo internet. No es sobre no hacer productos con internet”. Hollier quiere un futuro en el que la tecnología se use de un modo respetuoso, que haga nuestras vidas más fáciles y nos permita apreciarlas mejor. “Queremos usar objetos bellos, eternos, que sean inteligentes cuando necesiten serlo y discretos cuando sea lo mejor para mí”.

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