Además, es ultradelgada, flexible y no requiere de fuente de luz para su funcionamiento.
Un equipo de científicos de la University of Central Florida (EE.UU.) desarrolló una innovadora técnica para crear una pantalla reflectante ultradelgada y flexible que no requiere de fuente de luz para su funcionamiento.
“Cualquier pantalla fabricada por el hombre, ya sea LCD, LED, CRT... es rígida, frágil y voluminosa. Pero si te fijas en un pulpo, ves que puede crear colores en su misma piel, una pantalla que cubre todo su cuerpo, de contornos muy complejos, y que es, además, estirable y flexible. Y ese es nuestro objetivo: ¿Podemos inspirarnos en la biología y crear una pantalla que sea como la piel?”, explicó el líder del estudio, Debashis Chanda.
Los científicos diseñaron esta “segunda piel” reflectante con una delgadísima capa de cristal líquido colocada sobre una nanoestructura metálica capaz de absorber algunas longitudes de onda y de reflejar otras. De esta manera, los colores que se reflejan pueden controlarse a voluntad mediante la regulación de una pequeña corriente eléctrica que interactúa con las moléculas de la capa de cristal líquido y las ondas de plasmones de la superficie de la nanoestructura metálica.
Esta pantalla puede “jugar” con cualquier tipo de color con un tamaño 15 veces más delgado que un cabello humano.
“Cualquier pantalla fabricada por el hombre, ya sea LCD, LED, CRT... es rígida, frágil y voluminosa. Pero si te fijas en un pulpo, ves que puede crear colores en su misma piel, una pantalla que cubre todo su cuerpo, de contornos muy complejos, y que es, además, estirable y flexible. Y ese es nuestro objetivo: ¿Podemos inspirarnos en la biología y crear una pantalla que sea como la piel?”, explicó el líder del estudio, Debashis Chanda.Los científicos diseñaron esta “segunda piel” reflectante con una delgadísima capa de cristal líquido colocada sobre una nanoestructura metálica capaz de absorber algunas longitudes de onda y de reflejar otras. De esta manera, los colores que se reflejan pueden controlarse a voluntad mediante la regulación de una pequeña corriente eléctrica que interactúa con las moléculas de la capa de cristal líquido y las ondas de plasmones de la superficie de la nanoestructura metálica.
Esta pantalla puede “jugar” con cualquier tipo de color con un tamaño 15 veces más delgado que un cabello humano.
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