El fundador quiere que la red social no sea una pérdida de tiempo.
Mark Zuckerberg es un hombre de costumbres. Cada año asume un reto. En 2017 se propuso visitar los estados de su país que le faltaban para llegar a los 50 iniciales y conocer mejor su sociedad.Antes había creado un club de lectura, escogió 25 libros en una iniciativa que tuvo gran aceptación. También se hizo runner, corría una milla al día. Entre los retos superados está construir un sistema de inteligencia artificial para su hogar o aprender mandarín, el idioma nativo de su mujer Priscilla Chan.
En 2018 ha decidido afrontar un desafío con impacto global,
arreglar Facebook. Cada vez son más las voces que acusan al servicio de
ser una pérdida de tiempo por su atención constante y por su escasa
efectividad para atajar las noticias falsas. Con la trama rusa y
la difusión de propaganda terrorista dentro de su servicio como
agujeros principales. Zuckerberg lo reconoce en un post en su muro:
“Tenemos mucho que hacer. Tanto para proteger nuestra comunidad contra
el acoso y el odio, como de las interferencias de países. Queremos que
el tiempo en Facebook esté bien empleado.
Incluso reconoce que a veces la interpretación de las
normas no es la correcta: “No hemos sido capaces de prevenir algunas
situaciones. Y cometemos muchos errores al ejecutar nuestras reglas,
tratando de evitar un mal uso de las herramientas. Si tenemos éxito
terminaremos el año mucho mejor que comenzamos y con la trayectoria
marcada”.
Es demasiado temprano para esperar cambios inmediatos, pero
sí asume que la concentración de poder en su servicio no es positiva y
genera desconfianza generalizada hacia el sector tecnológico. “Muchos
llegamos a la tecnología porque pensamos que era una fuerza
descentralizadora, una manera de poner poder en más manos. Con el auge
de un pequeño número de grandes compañías tecnologías -y con los
gobiernos usando herramientas para vigilar a sus ciudadanos- mucha gente
considera que la tecnología ha terminado por centralizar el poder”,
argumenta.
El visionario, por primera vez, se pronuncia sobre uno de
los temas más candentes, la criptomoneda: “Tanto la encriptación como
las criptomonedas son dos tendencias a tener en cuenta, que toman el
poder de sistemas centralizados, pero corren el riesgo de ser difíciles
de controlar. Me interesa saber más de ello y estudiar el impacto
positivo y negativo de estar tecnologías para saber cómo usarlas mejor
en nuestros servicios”.
Zuckerberg, que pone así fin a su baja por paternidad tras
el nacimiento de su segunda hija, tiende una mano a los usuarios: “Estoy
deseando aprender y ponerme a resolver estos problemas todos juntos”.
Fuente: El País, España.
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