domingo, julio 15, 2018

La biotecnología es el sector más rentable del mundo desde 2008.

Daniel Oliver, director general de la plataforma
de financiación colectiva Capital Cell, no duda
del potencial que tiene la inversión en
biotecnología. En juego no sólo está la
rentabilidad de la inversión, sino, sobre todo,
la social.

Por Maite Nieva para Invertia España.
Biólogo de formación y presidente de la Asociación Española de Crowdfunding, Daniel Oliver no tiene dudas. “La inversión en biotecnología es más rentable que la inmobiliaria y la de Internet”, asegura. Y a eso se dedica Capital Cell, la plataforma de financiación colectiva (‘crowdfunding’) creada en 2015 para invertir en nuevas empresas de biotecnología. Oliver, eso sí, tampoco oculta los riesgos, siempre presentes cuando hay mucha rentabilidad esperando.
Pregunta (P.): Capital Cell es una plataforma de ‘crowdfunding’ especializada en salud y biotecnología. ¿En qué consiste y qué aporta a los inversores este modelo de inversión?
Respuesta (P.): Las plataformas como Capital Cell ofrecen la posibilidad de invertir en cierto tipo de activos con gran potencial, especialmente ‘start-ups’ de alta tecnología, en fases iniciales de la empresa. El crecimiento de valor de estas empresas, desde que valen 1 a 3 millones hasta 300 o 900 millones, requiere un espacio de cuatro o cinco años, no más. Y para invertir en ellas de manera que el dinero se multiplique es necesario invertir fases muy tempranas.
Son activos a los que es prácticamente imposible acceder de forma individual. La única forma de invertir en este tipo de empresas ha sido a través de fondos de inversión, pero no es una opción disponible a título individual, a no ser que tenga un millón de euros, que es la inversión mínima que suelen requerir. Nosotros hacemos la labor de buscar estas empresas, analizarlas, discriminarlas y ponerlas en una plataforma on line supervisada por la CNMV para que el proceso de invertir en ella sea muy fácil y con total transparencia.
P.: ¿Cuál  ha sido la evolución de la plataforma desde su lanzamiento en 2015?
R.: Ha sido fantástica. En estos tres años hemos movido 24 rondas para 20 empresas y el valor total ha sido cerca de 13 millones de euros. En nuestro primer año de operaciones el 98% de los inversores nunca antes había invertido en una empresa. España no es un país en el cual la cultura de inversión esté muy arraigada y mucho menos la cultura de capital riesgo. Somos un país profundamente bancarizado y la posibilidad de que la gente no se atreviera a invertir en activos poco conocidos estaba ahí. Tenemos unas base de datos de unos 3.000 inversores, probablemente un poquito más de los que esperábamos.
P.: ¿Qué tipo de empresas conforman la plataforma en estos momentos y cómo se seleccionan?
R.:Tenemos una plataforma que opera en España y otra en Reino Unido y ambas solo invierten en empresas locales del país. En total 20 empresas de las que 3 son británicas y 17 españolas.
Estos activos requieren un contacto muy cercano entre los analistas y las empresas. Necesitamos verlas, visitar a los directivos y conocerles. Es difícil trabajar con empresas que estén demasiado lejos y solo invertimos en empresas locales. O como dicen los americanos ‘al alcance de bicicleta’.
P.: ¿En qué sectores están especializadas las empresas españolas en las que invierten y cuáles son sus características?
R.: Básicamente trabajamos con inversiones en empresas de tecnología médica. Alrededor de un tercio se dedican a desarrollar fármacos o nuevas tecnologías de sistemas de diagnóstico. Estas últimas son aquellas que permiten hacer una detección de un parámetro genético en sangre en el mismo hospital con un pinchazo, por poner un ejemplo y suponen más o menos la mitad de la inversión realizada hasta ahora. Aproximadamente un 30% desarrollan nuevos sistemas para operar que utilizan robots o para leer la glucemia sin pinchazo, y similares. También invertimos en proyectos de informática de la salud. Hay una rama de la medicina que es la bioinformática que trata de eso. Son tecnologías muy punteras.
P.: ¿Qué proyectos hay actualmente en la plataforma en busca de financiación?
R.: Ahora tenemos tres y dos de ellos ya están visibles. Se trata de Fesia, una empresa del País Vasco que ha desarrollado un sistema de neuro-rehabilitación para pacientes de ictus y enfermedades neurovasculares. Este sistema permite recuperar la movilidad perdida mediante impulsos eléctricos en el músculo afectado. Básicamente vuelve a enseñar al cerebro a utilizar ese músculo y se puede utilizar desde casa. No requiere un médico. La ronda de inversión es de 800.000 euros de los cuales ya ha alcanzado más de 560.000.
También está abierta la participación en T4F (Tech 4 Freedom). Esta empresa barcelonesa desarrolla productos y servicios que permiten mejorar la autonomía de las personas con discapacidad visual y auditiva a través de tecnologías asequibles del tamaño de un móvil. También estamos a punto de lanzar la ronda de Ability, una empresa biotech de Barcelona que  está desarrollando un fármaco antitumoral que consigue mejorar la recuperación en cáncer de pulmón entre un 20 y un 40%. Es una molécula que se da junto con la quimioterapia y consigue que esta sea más efectiva y el cáncer no reaparezca.
P.: ¿A partir de qué cantidades es accesible la inversión?
R.:  Cada proyecto tiene una inversión mínima diferente. Con 500 euros ya se puede invertir si se quiere probar en una empresa, a ver si funciona bien o quiera salvar millones de vidas, que tampoco está mal y están muy bien gastados.
No obstante, la manera de invertir en estos activos es diversificando. Nosotros recomendamos hacer una cartera con varias empresas que permitan asegurar que la inversión va a ser rentable. No todas las empresas que aprobamos en Capital Cell van a tener éxito. Todas tienen grandes equipos, buenas tecnologías, estrategias de mercado adecuadas, etc, pero las estadísticas de mercado nos dicen que al menos la mitad van a fracasar. Por eso es importante entender que aquellas empresas que nos multipliquen el dinero por 20 van a compensar las que nos hagan perder la inversión.
También recomendamos que en este tipo de inversiones no se ponga más de un 10% o un 20% del capital invertible. No tanto porque sea arriesgado, porque si diversificas adecuadamente no lo es, sino porque es un tipo de inversión que no tiene liquidez a corto plazo.
P.: ¿Qué rendimientos se están obteniendo de media hasta ahora las inversiones realizadas?
R.: Los activos en los que hemos puesto dinero siguen creciendo y el único que ya ha devuelto a los inversores ha multiplicado la inversión por dos. Solamente llevamos tres años y este tipo de activos tienden a dar sus resultados en plazos un poco más altos. De dos a cinco años suele ser lo normal.
Si nos fijamos en fondos de inversión que llevan años invirtiendo en  las mismas empresas que nosotros, sus multiplicadores están entre dos y tres en plazos que van desde 5,6 a 7 años. Los fondos que hacen inversiones como nosotros en ‘start-ups’ en el sector salud tienen multiplicadores de 2,4 a 2,69, lo que es equivalente a una rentabilidad de entre un 25% y un 30% anual.
La biotecnología es el sector más rentable del mundo desde 2008. Y en España también. Es más rentable que el ladrillo y más que internet. Y, a la vez, es una inversión socialmente responsable. Estamos invirtiendo en tratamientos contra la epilepsia, demencia senil, en sistemas que diagnostican el Alzheimer 10 años antes. Es decir, la satisfacción de estas inversiones también es de las más altas que se puede esperar.
P.: ¿Los inversores que empezaron con la plataforma siguen siendo fieles a ella?
R.: Sí, la mayoría de ellos repiten. Tenemos inversores que están poniendo dinero en 7, 8 y 10 proyectos desde el principio. Además, este tipo de inversión lo requiere porque es una inversión de muy alto potencial, a la vez que de alto riesgo. Estas empresas pueden tener éxito y pueden no tenerlo, así que recomendamos invertir como mínimo en cinco o seis empresas. Esto requiere también planificar cuánto dinero se quiere invertir y diversificalo entre varias empresas.
En España, afortunadamente, tenemos tecnologías muy interesantes y estamos haciendo un portfolio de inversiones realmente espectacular. Aunque somos bastante reacios a reconocer las cosas buenas que hacemos, la ciencia española es muy buena, muy sólida y los científicos son excelentes. Los proyectos que salen de las universidades españolas con todos los impedimentos que tienen a escala empresarial tienen soluciones tecnológicas espectaculares. Recientemente un equipo de Barcelona consiguió hacer telepatía real, que el cerebro de una persona mueva los músculos de otra persona. Es un descubrimiento de ciencia básica, pero se  ha visto que es posible. Para que exista alguna aplicación para llevarla al mercado comercialmente falta mucho tiempo.

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