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El Satélite Argentino de Observación con Microondas (Saocom 1A) completó
su fase de inicialización y comenzó su ascenso hasta los 620 kilómetros de 
altura.
Poco antes de la medianoche, el lanzador reutilizable Falcon 9 Block 5, de la
firma SpaceX, puso en órbita el módulo argentino, que llevó más de una
década de trabajo.


Este cuerpo de paneles y antenas es que permitirá anticipar inundaciones, 
desastres naturales y crear mapas de desplazamiento de glaciares.
La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) realizó el despegue
desde la Base Vandenberg en California, Estados Unidos.


Los vehículos Falcon, propiedad de la firma SpaceX del millonario Elon 
Musk, son considerados los más fiables del mundo. Entre todas sus versiones,
apenas han tenido tres misiones fallidas en más de 60 intentos. La empresa
fue la que pidió postergar un día el lanzamiento (estaba previsto para el
sábado), para terminar de ajustar detalles.

La separación del satélite y el cohete se concreta al alcanzar la altura
deseada, 16 minutos después del lanzamiento. “En ese lapso, se despliegan
los paneles solares que buscan su orientación hacia el Sol. Cinco minutos
más tarde se establece contacto con una estación portátil en Tahití, propiedad
de SpaceX para comprobar su estado. Ya que el satélite posee una equipo de
comunicaciones que transmite una señal que se puede medir en Tierra”,
explicó el ingeniero electrónico Jorge Medina, jefe del Proyecto Saocom
en la CONAE.

Su principal objetivo será prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes
naturales.
Los satélites en órbita baja utilizan señales de navegación para determinar su
posición en el espacio y permitir que sus trayectos a través del espacio se fijen
con una precisión extremadamente alta, conocida como determinación precisa
de la órbita.

“Hay que ser muy exactos de la ubicación y mediante la información que
suministra la Agencia Espacial Europea (ESA), es posible corregirla. Ya en
la madrugada, una vez estabilizados sus sistemas, se procederá a desplegar el
Radar de Apertura Sintética (SAR), carga principal del satélite”, describe
Medina.


El satélite argentino Saocom permitirá anticipar desastres naturales. (Foto: Conae)
El satélite argentino Saocom permitirá anticipar desastres naturales. 
(Foto: Conae).

El mismo desplegará una órbita polar de baja altitud, que se utiliza para
supervisar la Tierra y cubrir su superficie por completo. El satélite se
mueve casi en círculo y completa cada órbita en unos 90 minutos. Se
ubicará en una órbita polar Sol-sincrónica a una altura de 619,6 km sobre
la superficie de la Tierra. Esta órbita permite cartografiar globalmente
la Tierra en gajos avanzando sobre las latitudes.

“La puesta a punto de todos los sistemas del satélite, junto con la
calibración del instrumento, lleva unos 8 meses. Mientras que la vida útil
del Saocom es de 6 años como mínimo. El principal inconveniente es la
falta de combustible líquido, ya que al agotarse, no es posible seguir
utilizándolo”, advierte Medina.


El satélite Saocom permitirá anticipar desastres naturales. (Conae)
El satélite Saocom permitirá anticipar desastres naturales. (Conae).

El gran desafío que afronta una vez ubicado es el viento solar, un
fenómeno caracterizado por la emisión de gas, compuesto por una
serie de partículas dotadas de carga eléctrica capaces de viajar a través
del espacio a velocidades que oscilan los 450 kilómetros por segundo.

“El viento solar empuja los objetos y hace que los satélites se
desplacen de su órbita. Por lo tanto, es necesario enviar un comando
para corregir las coordenadas. Si el satélite no tiene combustible, no es
posible realizar las correcciones de posición”, apunta Medina.

La construcción del Saocom 1A -tendrá un hermano mellizo en órbita
para 2019- demandó casi 11 años para su desarrollado y fabricación,
a cargo de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE)
junto con organismos y empresas como la Comisión Nacional de Energía
Atómica (CNEA), VENG, INVAP, contratista principal del proyecto.

Se trata de un satélite para observación, pero a diferencia de los ópticos
o los térmicos, que toman fotografías o miden temperatura, su Radar de
Apertura Sintética (SAR) opera en la porción de las microondas del
espectro electromagnético. ¿Qué significa esto? Que se ve favorecida la
observación nocturna ya que no depende de la luz solar y tampoco
interfieren las condiciones de la atmósfera, como nubes o tormenta.

En cuanto a sus prestaciones, hay una larga nómina que incluye usos en
agricultura, hidrología y prevención de desastres naturales. Brindará a los
organismos públicos información de incendios, erupciones, terremotos,
avalanchas y derrumbes. Además, ofrecerá servicios al agro para el
monitoreo de crecimiento de cultivos y para analizar si es necesario
fertilizar o no.