Microsoft, histórico líder en el segmento de software, tiene en su camino una nueva oportunidad para demostrar que también puede triunfar en el mercado del hardware para el consumidor final.
Exitos como la Xbox y fracasos como el Zune y sus celulares Kin (menos de un semestre en el mercado) hacen que Surface sea un nuevo peso sobre la compañía fundada por Bill Gates.
En un mercado cada vez más competitivo y donde la histórica HP aprendió con su fallida TouchPad que el consumidor está más atento que nunca a lo que compra, Microsoft no tiene margen de error. Menos cuando Apple está de por medio con su iPad y las comparaciones entre un producto y otro no se hacen esperar.
Por otro lado, la presentación de Surface marca lo que parece ser un nuevo rumbo en la compañía: controlar el diseño del hardware y el software, algo habitual para empresas como Apple, pero esquivo para Microsoft.
Samsung, Asus, Sony, Acer y Lenovo son sólo algunos de los fabricantes que deben estar preguntándose si Surface será una competencia directa en el mercado de tablets o si aún deben mirar con más atención al iPad.
Más todavía cuando, al parecer, no estaban al tanto de los planes de Microsoft para el segmento.
En un mundo donde la movilidad tiene la palabra, la apuesta de Microsoft podría tener entonces varios insospechados enemigos: los mismos fabricantes que emplean Windows para sus PC y ahora Android para sus tabletas.
Si bien todo indica que las portátiles que conocemos serán muy distintas en pocos años gracias a la llamada computación en la nube, hoy es imposible para una fabricante dejar de lado Windows 8.
Windows es el sistema operativo para PC más empleado del mundo, pero todavía tiene nula experiencia en el campo de la movilidad, dominado por Android y Apple con su iOS.
¿Tendrá sentido desarrollar una tablet con Windows 8?. Hasta antes de presentarse la Surface, las fabricantes respondían de manera afirmativa.
Con Microsoft compitiendo mano a mano en el segmento, quizás no todas estén dispuestas a emplear Windows 8: estarían dando al “padre de la criatura” la chance de crecer.
Es en realidad una encrucijada: si Windows 8 logra imponerse en el mercado de las PC, el consumidor encontraría relativa comodidad al emplear el mismo sistema en una tablet. Y ahí Windows sería una elección clara para las fabricantes.
Tablet o PC
En octubre debutará el primer modelo de Surface, pensado por Microsoft para competir en el segmento de las tablets debido a su configuración y precio. Windows 8 RT y ARM, arquitectura empleada en smartphones y tablets.
Tres meses después saldrá al mercado la Surface potenciada por Intel, más similar a un híbrido entre portátil y tablet, ideado sobre todo para un consumidor más exigente y de bolsillo más abultado.
El éxito de Apple en el mercado de las tablets se explica por varios factores: fue la primera en llegar; tiene cientos de miles de aplicaciones disponibles; y configuraciones similares que no confunden al usuario.
El precio, como siempre sucede con la empresa de la manzanita, no afectó las ventas sino todo lo contrario: la hizo un producto más exclusivo.
El éxito de Microsoft parece entonces más lejano: llega mucho después que el iPad, la Galaxy Tab, el Kindle Fire y la decena de modelos que disputan las ventas; son pocas (al menos por ahora) las aplicaciones que se esperan para el ecosistema Windows; y la configuración final de la Surface confunde: un modelo tipo tablet y otro que parece tener el mismo poder de procesamiento que una ultrabook.
A favor, sin embargo, Microsoft también tiene algunos ítems: la pestaña trasera para colocar el equipo en una posición cómoda de trabajo; el Touch Cover, la funda que se convierte en un teclado completo con touchpad incluido; y los puertos USB hacen una importante diferencia en cuanto a diseño. Lo mismo que la compatibilidad con el Office.
La palabra final quedará como siempre en el consumidor, el que diga definitivamente si Surface será un éxito o no.
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